sábado, 12 de marzo de 2011

KISS Revenge


Son pocas las agrupaciones que han logrado imponer sus términos durante 3 o más décadas. Aquello constituye un privilegio del cual pueden jactarse solo los elegidos; resultando aun más meritorio cuando han logrado plasmarlo, no sólo recurriendo a glorias pasadas, sino además, lanzando discos que han logrado trascender más allá de la moda del momento que nos ofrece la siempre cambiante industria musical.

Dentro de los privilegiados que componen este selecto grupo podemos nombrar, entre otros, a Judas Priest, Black Sabbath, Van Halen y Alice Cooper. Todas estas agrupaciones tienen como común denominador que han resistido la prueba del tiempo, han pasado por una infinidad de cambios y han logrado dejar huella dentro de la música popular. Si se fijan, todas estas bandas son reconocidas –además de su innegable calidad musical- porque nunca han tenido miedo a salirse del molde, lo cual resulta un tapa bocas para aquellos que opinan que el Rock y el Heavy Metal son un eterno continuismo donde no hay cabida para la experimentación e innovación musical.

Si existe otra banda con los méritos necesarios para pertenecer a este grupo, sin dudas sería KISS. Desde los ’70 los cara-pintada han sobrevivido a todo, es más, han tenido las agallas para incorporar a su música elementos de algunas tendencias imperantes del momento, como lo que hicieron en el álbum Dynasty de 1979, anotándose uno de los mayores hits de su carrera con I Was Made For Loving You. Probablemente la primera canción de Disco-Rock bailable de la historia.

A muchos les gusta y otros sencillamente la odian, pero hay que tener los pantalones bien puestos para ir contra la corriente y cualquier regla (autoimpuesta) del estilo, pasarse por el culo a los puristas, tener éxito y, lo más importante, trascender en el tiempo. Alguna vez Gene Simmons dijo: “la credibilidad es la antítesis de lo que realmente es el Rock ‘n Roll”. Yo adhiero a esas palabras, más allá del cliché, “la única regla del Rock es que no existe ninguna regla”. Tampoco se trata de salir con cualquier híbrido sin pies ni cabeza, pero la clave y la magia de asunto es hacerlo con gracia. En eso bandas como KISS han dado cátedra, experimentando con elementos con otros estilos, pero jamás dejando de lado su esencia, logrando así plasmar su identidad en todo lo que han hecho.

No pretendo contar la historia de KISS en esta reseña pero -centrándonos solamente en el período comprendido entre 1977 y 1983- veamos como se dieron cronológicamente los eventos: Love Gun y Alive II (1977), luego 4 discos solistas donde cada uno de los integrantes daba rienda suelta a su creatividad (1978), el periplo Pop-Disco-Rock con Dynasty y Unmasked (1979 y 1980), el experimento Art-Prog-Rock en el álbum conceptual The Elder (1981), para seguir con el disco más pesado y metalero hasta ese entonces: Creatures Of The Night (1982). Finalmente sacarse la pintura en Lick It Up (1983), el primer disco de KISS que alcanzara la certificación de platino en los Estados Unidos desde 1979. A lo que quiero llegar con esto, es que en un intervalo de 6 años la banda prácticamente hizo de todo, dando cuenta de la versatilidad compositiva y artística de los oriundos de New York.

Ahora bien, cualquier seguidor acérrimo de KISS tiene claro que entre 1984 a 1989 la banda prácticamente se convirtió en “The Paul Stanley Solo Project” ¿La razón? Gene Simmons se desentendió casi por completo de la banda, dedicándose a hacer carrera cinematográfica en Hollywood, producir a un puñado de bandas/artistas (Keel, Black ‘n Blue, Doro, Wendy O. Williams, etcétera), entre otras variadas actividades. Sin ir más lejos, cuentan las malas lenguas, que varias canciones de esa época donde salía acreditado Simmons, en realidad son de autoría de Paul Stanley y Gene fue incluido “para no decepcionar a los fans”. Si es verdad o mentira lo dejo a criterio de cada uno, pero si resultara cierto no me extrañaría.

Es por esto que el comienzo de la década de los ’90 representaba un reto de características titánicas para KISS. Meses antes habían recibido el golpe más duro de su carrera con la muerte de Eric Carr, aquel fatídico 24 Noviembre de 1991 (mismo día que falleciera Freddie Mercury). Por otro lado, el escenario había cambiado, los héroes de los ’80 vivían su ocaso y las miradas de la industria musical estaban puestas en la escena que se erigía en la ciudad de Seattle.

Lo primero fue tratar de llenar de la mejor manera posible el espacio dejado por Eric Carr. Para ello, recurrieron a un viejo conocido de Paul Stanley, me refiero a Eric Singer, quién ya había tocado en la gira solista de Starchild en 1989 y que también pasó por las filas de Black Sabbath, Gary Moore, Alice Cooper y Badlands.

Luego, las responsabilidades de la producción recaían en otro viejo conocido que necesitaba espantar fantasmas del pasado: Bob Ezrin. ¿Por qué digo esto? La historia de KISS con Ezrin es de dulce y agraz. Con el trabajaron en el aclamado Destroyer (1976) y también en el controversial e incomprendido The Elder (1981), sin dudas, el gran fracaso discográfico de su dilatada carrera. Es sabido que Ezrin tuvo serios problemas durante las sesiones de grabación de The Elder, especialmente con Ace Frehley (con quien se llevaba pésimo), pero eso es tema para analizar extensamente en otro momento.

Por último, Gene Simmons era quién más hambre de revancha guardaba. Como señalé Paul tomó las riendas durante los ’80, pero ahora el otrora Demonio volvía a recuperar su sitial, por lo que no es de extrañar -luego de estar en conocimiento de lo anterior- que hayan querido llamar a este disco REVENGE.

En lo personal, soy de los que se hicieron fans de KISS en la primera mitad de los ’90, luego de ver en las Tardes de Cine de Televisión Nacional, la película “KISS contras los fantasmas” y por supuesto gracias a los inolvidables hits de los ’80 que pasaban en programas como Sábado Taquilla, ½ a ½ y luego en OK de UCV. Recuerdo haber comprado el Revenge en la desaparecida disquería Set Musical de Valparaíso. Había acompañado a mi madre a hacer unos trámites al centro y -como había juntado dinero durante varias semanas- aproveché de pegarme una vuelta a la tienda para comprar ese álbum del cual poco y nada conocía (¡como han cambiado los tiempos desde aquella época!).

Reconozco que fue perturbador poner el disco en mi equipo y escuchar los primeros acordes de Unholy. Para un muchacho que estaba acostumbrado a los hits de los ’70 y canciones como Crazy Crazy Nights y Forever, esto significó un hit combo de esos que solamente se reciben cuando estás en frente de algo histórico. La fuerza, el peso y la oscuridad de esta canción fue algo revelatorio para mi. Podría estar páginas y páginas describiendo la magnificencia esta canción, que significa la vuelta en gloria y majestad de Gene Simmons. Siempre he pensado que esto es la redención del mismísimo Demonio (¿contradictorio no?). ¡Por favor escuchen esa base rítmica! Pocas veces KISS tuvo un sonido tan orgánico y devastador. Es más, históricamente siempre el peso de la banda recayó en la línea de bajo de Gene, que encontraría en Eric Singer el compañero ideal para darle un enfoque aun mas avasallador. También destacar el enorme trabajo del incombustible Bruce Kulick, quien se luce con riffs de antología y un solo que, sin dudas, es uno de los mejores de cualquier etapa de los cara-pintada. Como si fuera poco, comparte créditos de autoría un ex miembro de la familia, nadie menos que Vinnie Vincent.

También llama la atención lo maliciosa de la letra y lo bastardo que suena Gene al cantarla. Eso queda demostrado en el impresionante video que filmaron -antítesis de lo que se pudiera esperar de KISS- que representa de manera perfecta esta maravilla post apocalíptica.

Take It Off es de esas canciones marca registrada de Paul Stanley. Combinando riffs pegajosos, buenos leads y grandes estribillos hechos especialmente para ser coreados por el público en los conciertos. La letra es uno de las tantas odas lujuriosas en la cual Paul invita a las féminas a sacarse toda la ropa que llevan puesta. Por algo durante la gira del álbum -mientras tocaban esta canción- se subían strippers las cuales quedaban prácticamente desnudas al final de la misma. De hecho, la tocaron en otras fechas de la gira sudamericana que los trajo a Chile por primera vez el ’94 (en el Monsters Of Rock junto a Slayer y Black Sabbath)… Cuenta la leyenda que está canción estaba en el set list de Santiago, pero que al final declinaron de tocarla porque no tuvieron disponibles a las bailarinas para tales efectos. Algunos dicen que fue culpa de la productora que no quiso cuadrarse con las lucas necesarias y otros juran que las mujeres que les llevaron no pasaron “el control de calidad” de Paul y Gene (?)

Seguimos con Tough Love, un midtempo de riff entrecortado y galopeante. La letra es lo que pasaría a continuación de que Paul convenciera a la de turno “de sacarse todo”, es decir, una noche de amor desenfrenado y extremo. En Spit, Paul y Gene vuelven a compartir labores vocales -en la más Shout It Out Loud- para narrar otra oda a las mujeres voluptuosas. Gran solo de Bruce donde intercala un trozo del himno de Estados Unidos (Star Spangled Banner), de alguna forma tributando al gran Jimi Hendrix uno de sus grandes héroes.

God Gave Rock ‘n Roll To You II es quizás el momento más álgido de Revenge. Si bien se trata una canción de autoría del maestro Russ Ballard -e inmortalizada por la banda Argent-, fue reescrita para KISS y por ello en los créditos aparece Stanley y Simmons. Originalmente fue lanzada en 1991 en la banda sonora de la película Bill & Ted Bogus Journey, además, es la última canción que grabó Eric Carr. Si bien el zorro no toco batería -dado su delicado estado salud- sí colaboró en los coros y armonías vocales, además de aparecer en el video de la misma. Para muchos ese video es el mejor que hicieron, no solamente por ser el último donde aparece Eric Carr, además, por la carga emocional que le proporcionan las imágenes de la gloriosa etapa con maquillaje.

Domino es una mezcla entre Deuce con Nasty Nasty, canción que Gene escribiera para la banda Black ‘n Blue (donde tocaba Tommy Thayer). La sección rítmica nuevamente es impecable y Bruce se matricula con otro solo de antología. ¿La letra? Poesía en estado puro: “Every damn time I walk through that door, it’s the same damn thing when that bitch bends over, and I forget my name“.

En Heart Of Chrome es Paul quien nuevamente se luce. En lo personal, uno de mis favoritas de este álbum. Destaco los brillantes arreglos vocales en el coro; si hay un campeón indiscutido en cuanto a lograr grandes coros bombásticos, sin discusión sería el hombre de la estrella en el ojo. Nuevamente en los créditos de autoría participa Vinnie Vincent -el compositor más subvalorado que ha tenido KISS-, que se dice fue invitado a participar de manera amistosa ya que en aquella época estaba pasando por serios problemas económicos.

Thou Shalt Not muestra otra vez el lado más bastardo de Gene. El sonido de las guitarras es crujiente y la letra está basada en un incidente de la vida real de Simmons. Everytime I Look At You es una inspirada balada, de esas que Paul nos tiene acostumbrado. Es innegable que acá trataron de repetir el éxito conseguido con Forever, con sutiles guitarras acústicas acompañadas de excelentes arreglos de cuerdas. Además fue una de las seleccionadas cuando grabaron el Unplugged para la MTV, donde Paul se florea en una interpretación excelsa acompañado de una mini orquesta.

Paralyzed es otro midtempo con una línea rítmica bastante groovie. Hasta donde sé, está canción viene de la sesiones del Hot In The Shade, donde fue desechada y vuelta a considerar para este álbum por sugerencia de Ezrin. Si la escuchan con detención podrán darse cuenta de donde Tobias Sammet se inspiró para escribir canciones como Sex, Fire, Religion por ejemplo.

I Just Wanna es la tercera y última canción de Revenge co-escrita con Vinnie Vincent. Con una estructura típica de himno fiestero, donde el coro juega con el doble sentido: “I don’t wanna romance, i don’t wanna dance, i just wanna f…, I just wanna f…, I just wanna forget you”. No creo que sea necesario escribir la palabra en inglés con la respondía el público cada vez que Paul cantaba el estribillo. ¡Brillante Starchild!

Finalizando llega el instrumental Carr Jam 1981, el merecido tributo a Eric Carr. Fue compuesto por Ace Frehley y Eric para las sesiones de grabación de The Elder (originalmente titulada como Heaven), donde en la sección intermedia incluye el solo que Eric tocó cuando audicionó para entrar a KISS y que fue un clásico durante los shows de la banda en los ‘80. Como dato geek les cuento que parte del riff principal de este instrumental terminaría convirtiéndose en la canción Breakout, que el guitarrista espacial incluyera en su disco Frehley’s Comet de 1987; lástima que las relaciones en 1992 entre la banda y Ace eran lo suficientemente malas como para que este último fuera excluido en los créditos, empañando un poco este homenaje al zorro (de todas formas todo el disco está dedicado a Eric).

Para muchos Revenge es el mejor álbum de KISS y la formación que lo grabó es lejos la mejor de toda su carrera. Eso lo dejo a criterio de cada uno, pero lo que si es cierto, es que con este disco KISS le pateó el culo a todas las bandas de Seattle, demostrando que estaban más vivos que nunca y que los ’90 serían una gran década para ellos (cosa que finalmente ocurrió). Al final se salieron con la suya y tuvieron su revancha tanto KISS, Gene Simmons, Bob Ezrin e incluso Vinnie Vincent (?).

“I know life sometimes can get tough! And I know life sometimes can be a drag! But people, we have been given a gift, we have been given a road, and that road’s name is… Rock and Roll!”

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