sábado, 15 de octubre de 2011

A 20 años de su lanzamiento, Andreas Kisser nos contó como fue que Sepultura creó "


Si hoy resulta difícil imaginar que una banda sudamericana trascienda las fronteras de su continente e ingrese en las grandes ligas de la industria discográfica mundial, hace dos décadas tal cosa era poco menos que una utopía irrealizable. Sin embargo, un grupo oriundo de Belo Horizonte, Brasil, no sólo lo lograría sino que además lo haría de la mano de uno de los discos más implacables que vería la década. Bajo un gris y pálido cielo, Sepultura se levantaba.

Era 1989, “Beneath the Remains” había puesto el nombre de Sepultura en el mapa de la música pesada internacional. Era la primera vez que un grupo surgido de tierras sudamericanas escalaba a tal escala de popularidad y la banda liderada por los hermanos Cavalera sabía que necesitaba una placa que confirmara su creciente reputación y los terminara de posicionar como uno de los grandes nombres de la escena. También lo tenía en claro la gente de Roadrunner Records, que después de haber titubeado a la hora de financiar su placa anterior, esta vez no dudó en brindarle al grupo el apoyo necesario para que los brasileros capturaran el gran momento que estaban atravesando. El sello pondría a disposición de la banda los míticos estudios Morrisound en Florida y de la mano del afamado productor Scott Burns, el grupo lograría su placa consagratoria. En apenas nueve canciones, el disco pondría a Sepultura en boca de todos. La popularidad de los cariocas se dispararía y desde la revista Kerrang! hasta la MTV los confirmarían de manera definitiva como uno de los grandes nombres de la escena internacional. A veinte años de su edición, Andreas Kisser, partícipe y guitarrista de la formación más clásica de la banda, recuerda cómo fue la gestación de esa gema llamada “Arise”, para muchos, el disco en afinación Standard más pesado de toda la historia.

¿Qué bandas escuchaban durante la época en que trabajaron en “Arise”?
“Arise” fue consecuencia del primer tour que hicimos fuera de Brasil, que fue el de “Beneath the Remains”, el primer disco que tuvo edición internacional. Así que el disco terminó siendo una versión mejorada de “Beneath the Remains” en todos los aspectos. Durante el tour de “Beneath the Remains” conocimos a Gloria, que fue nuestra manager, algo que en nuestros comienzos era muy importante para tener las conexiones correctas con Roadrunner… conocimos mucha gente, muchos ídolos. Recuerdo que James Hetfield y Lars Ulrich vinieron a vernos a California, recuerdo también a los chicos de Exodus. Sentíamos que éramos parte de eso, que finalmente habíamos tenido la chance de salir de Brasil, de Sudamérica, y tocar afuera. Fue una gran inyección de energía y motivación. Entonces cuando volvimos a Brasil, supongo que más que la influencia de las bandas que estábamos escuchando, reflejamos las experiencias de estar de gira. Tocamos con Sodom en Europa, giramos por EE.UU en una pequeña camioneta.

Fue muy importante poder estar metidos en ese ambiente, vimos tapas de discos, leíamos las revistas del momento, todo eso eran cosas que hasta ese momento estaban muy alejadas de nosotros… con “Arise” probamos que podíamos ir a cualquier lado y no que éramos un grupo de brasileros que creían que eran capaces de logar algo (se ríe tímidamente).

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